miércoles, 14 de junio de 2017

Primera experiencia

La primera vez que sentí la necesidad de entrar e investigar por mi cuenta un lugar abandonado fue en Alemania, en la Selva Negra, cerca del albergue en el que estaba había un camino que se adentraba en el bosque. Lo seguí hasta que me encontré con una pequeña casa. Estaba medio derruida, y la tierra había cedido, haciendo que la casa estuviese inclinada. Me parecía un lugar poco común para que hubiese allí una casucha, y entonces tuve la necesidad de meterme dentro y mirar que había.
Cuando estas rodeado de escombros y ves como las raíces de los arboles atraviesan las paredes, te das cuenta de que nada de pertenece.



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